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jueves, 8 de abril de 2010

La vida en Arusha.

Por la mañana tras desayunar en el hotel nos vamos de compras, nos acompaña Naipo, un joven de Arusha que ayer a nuestra llegada se ofreció como guia turístico y nos dió garantias de ser bastante fiable, primero nos llevó a diversos mercadillos y tiendas que hay por la ciudad donde nos aconsejaba sobre precios y calidades de los productos para posteriormente meternos de nuevo en la boca del lobo: en el temido mercado Masai, una vez llegas alli el acoso de los comerciantes es constante, tipo Marruecos, con la diferencia de que estos te van siguiendo allá donde vayas. Tras varias horas de "negociaciones" y compras salimos del bullucio. Comemos en un burguer y vivimos la agitada y loca vida que tiene la gente de estas tierras.
La pobreza extrema de estas personas nos llegó a todos a lo mas profundo de nuestro ser, enfermedades como la Polio o la Lepra siguen siendo comunes hoy en día en lugares como este y lo que es mas triste es que no pueden curarse por estar donde están.
Cada comercio tiene en la puerta a un tipo con cara de malo con un arma en la mano y es que el pillaje y los robos motivo de la pobreza extrema están a la orden del día, en la mayoria de los comercios a las personas de la ciudad no los dejan entrar ya que saben que no van a comprar nada porque no tienen dinero ni para comer.










Camino al mercado Masai.


miércoles, 7 de abril de 2010

Rumbo a Arusha.

Tras haber hecho noche en Mweka bien temprano nos vamos hacia la puerta de entrada de esta ruta que tiene el mismo nombre. La bajada es un poco penosa debido a lo malo del terreno proclive a los esguinces, un montón de cantos rodados recorre el maltrecho camino que transcurre al principio por terreno semiarido y que poco a poco se convierte en un tupido bosque, la bajada por fortuna está seca ya que con lluvia sería practicamente impracticable. Hacia las 11 de la mañana estamos firmando al igual que todos los días anteriores el libro registro en el que queda constancia de nuestro paso y nos entregan el diploma que acredita nuestro ascenso al coloso Africano, tras recoger las cargas en las furgonetas partimos hacia Arusha. Este día fue especialmente feliz para Álvaro ya que recuperó su mochila con todo el equipo de montaña nuevo (el día de nuestra llegada, su equipaje se había quedado extraviado en Nairobi y no se lo trajeron hasta pasados varios días con lo que tuvo que alquilar todo el material).
Tras un par de horas de viaje, con pinchazo incluido, llegamos al hotel que se encontraba a las afueras de Arusha en donde por fin pudimos darnos una deseada ducha y descansar un poco. Por la tarde salimos a dar una vuelta por la ciudad y a hacer algunas compras por el curioso mercado Masai.









"Asfaltando" manualmente el camino...